sábado, 1 de junio de 2019
martes, 28 de mayo de 2019
DANIEL LÓPEZ MARTÍN. "LA EJECUCIÓN". PRIMER PREMIO. 3º Y 4º ESO. CURSO 2018-2019
El pregonero terminó de
decir los cargos y derechos, y en ese momento, el verdugo accionó la
palanca del patíbulo, que hizo que unas trampillas se abrieran para
que los condenados cayeran al vacío. Muchos se partían el cuello
con la soga y morían al instante, pero otros se resistían y sufrían
ahogándose hasta que la parca se los terminaba de llevar.
Enseguida, los guardias
hicieron pasar a otro grupo de personas, y los verdugos se encargaban
de pasar la soga al cuello de los que iban a ser sentenciados a
muerte. Uno de los ajusticiados, un chico joven de melena castaña y
rostro descompuesto por el miedo, la culpa y el arrepentimiento que
llevaba encima, llevaba algo entre las manos, atadas por grilletes al
frente. Parecían las cuentas de un rosario de madera roto, y lo
hacía pasar entre sus dedos mientras murmuraba lo que podía ser una
oración, pidiendo a Dios que le salvara de la muerte, o que le
acogiera tras su arrepentimiento.
Mientras tanto, el
pregonero seguía vociferando cargos y leyes violadas, con sus
respectivas sentencias. Palabras absurdas, dado que la sentencia
siempre era la pena capital.
Me encaminaba,
encadenado, hacia mi destino, con mis cavilaciones que no habrían de
durar mucho más, para que dieran paso a asimilar lo que me iba a
suceder. De vez en cuando me quedaba mirando a algún que otro
guardia, o los carros llenos de cadáveres que abandonaban el
recinto. La fila avanzaba, y por casualidad vislumbré a un infante.
Un niño que apenas rozaría los trece años de edad, con unos
harapos que cubrían el delgado cuerpo que poseía.
Sin poder evitarlo, pensé
en que cómo podía un niño haber cometido algún delito.
Normalmente siempre se dice que los niños son inocentes y merecen
perdón, pero sin embargo, ahí estaba, esperando a que la cuerda le
asfixiara hasta la muerte.
La fila continuaba
avanzando, lenta pero inexorable. Continuaba mirando al niño, que
parecía tener asumida su suerte. Algo sorprendente, dado que yo
estaba acongojado por tan solo tener que pasear descalzo ante la
atenta mirada de ciudadanos que esperaban con ganas mi muerte, y la
de todos los criminales que había encadenados, todos por una cadena
que sujetaba pies y manos, pero que dejaban algo de libertad de
movimiento, aunque tampoco mucha. Probablemente eso sería nuestro
último regalo, poder dejar que el viento se deslice entre nuestros
dedos antes de que terminemos dentro de una caja por los restos.
Aunque no todos teníamos ese privilegio, algunos iríamos a parar a
una fosa común, donde decenas de cadáveres desconocidos entre ellos
se apelotonarían y pudrirían juntos.
Algo nubló mi mente, y
casi de manera automática comencé a rememorar mis inicios en los
robos y hurtos. Comencé siendo un niño, tal y como podría ser
aquel que ya estaba siendo preparado para ser ahorcado, y terminaré
con apenas veinte años. Igual es algo cruel, puesto que no he
obtenido ni un juicio justo, ni una segunda oportunidad. La justicia
está corrompida por aquellos a quienes nosotros mismos elegimos, o
directamente nos obligan a elegir.
Mis andanzas con gente el
doble de mayor que yo, mis furtivos y breves romances… Todo me
llegaba a la cabeza en ese momento. Casi podía componer una
secuencia que narrara mi vida entera, una vida que había estado
llena de peligros y carente de lujos.
El ruido de la palanca
accionándose, las trampillas abriéndose y las cuerdas tensándose
cada vez se tornaba más y más audible, lo que indicaba que ya
estaba bastante cerca del cadalso. Podía escuchar todos los detalles
de tan cruel método de justicia. Los murmullos de los condenados, el
crujir de los tablones al ser pisados y hasta casi podía sentir la
respiración del verdugo que sin miramientos hacía funcionar el
mecanismo que daba muerte a la que yo consideraba como mi gente. Es
algo común entre nosotros: no nos conocemos, pero sabemos que somos
familia.
Sin poder retrasarlo más,
comencé a subir los peldaños de la estructura tambaleante de
madera, arrastrando una cadena que no tenía fin y que tenía a todos
los próximos visitantes del patíbulo conectados.
Noté cómo el verdugo
respiraba en mi nuca, mientras hacía pasar la gruesa cuerda por mi
cuello. Era muy áspera y dura, parecía que hasta el mismo material
compartía semejanzas con los jueces, inflexibles y crueles.
Me despedía en silencio
de todo lo que había conocido y de todo lo que me faltaba por
conocer, mientras cerraba los ojos en pos de intentar sentir lo menos
posible hasta mi fallecimiento. Comencé una cuenta atrás, empezando
desde el quince hasta el cero, número que nunca llegó.
Percibí cómo el
ejecutor posaba su tosca mano en la palanca que firmaría mi
sentencia final y apreté los labios para que todo pasara cuanto
antes.
No sucedió nada durante
unos segundos. Iba camino del tres cuando en la lejanía se escuchó
un disparo, lo que me sobresaltó e hizo que mirara a los lados de
manera presurosa, para dar cuenta de lo que había pasado: habían
asesinado a mi asesino. Un agujero de bala en plena frente se hacía
notar, y abría paso a la sangre, que se escurría entre las tablas
del suelo.
De nuevo, segundos
pasaron, hasta escuchar un rudo golpe que nos hizo ponernos más
nerviosos todavía. La reja que separaba el patio de ejecuciones con
las calles había caído, y ahora entraban al galope muchos hombres,
que comenzaron a tirotear con pistolas de chispa y a arrollar a los
guardias. Creía que se trataba de una batalla, pero no caía en
cuenta de que no se había anunciado ninguna guerra, ni que tampoco
los presos estaban siendo masacrados. Todo indicaba a que las
tiranías políticas y las corruptelas estaban a punto de ser
erradicadas: había comenzado una revolución.
Pronto fui liberado de
mis ataduras por unos hombres, que también habían liberado ya a
gran parte de los presos, que ahora se rebelaban contra sus captores.
Corrí liviano entre el
caos, palpándome las muñecas para calmar el dolor de los grilletes
por su apretura y peso, hasta alcanzar un solitario caballo que
parecía estar esperándome. Me subí y tomé las riendas, hincando
mis maltratados talones en su lomo para indicarle que se echara a
galopar.
Poco a poco los ruidos se
fueron sofocando, y tras romper mi largo silencio, ofrecí mi propia
sentencia: «Al diablo con todo. No pienso formar parte de esta
revolución. Yo me largo para ver mundo, y no tener que imaginármelo
en el cadalso
SAÚL MORENO FUENTES. "EL VIAJE DE NEWT FOSTER".ACCÉSIT. 3º Y 4º ESO. CURSO 2018-2019
Newt
se sentó en el asiento al lado de la ventanilla, al lado de su madre
Anne.
En
el asiento del frente, estaba Nicolas, su padre. El avión empezó a
coger
carrerilla
y se desprendió del suelo.
- ¿Cuándo llegamos? —preguntó Newt.
- Estaremos allí sobre las diez y media. —contestó Anne Foster.
Era
la primera vez que los Foster montaban en avión. Newt en el
aeropuerto de
Londres
estaba atemorizado, pero ahora está más tranquilo.
A
medida que el avión se elevaba, Newt pudo ver como dejaban atrás la
capital
Británica
y poco a poco se acercaban más a las nubes. Cuando por fin el
aeroplano
se estabilizó, a Newt le empezaron a pesar los párpados y cayó en
un
profundo sueño.
De
repente, empezó a notar como su asiento empezaba a agitarse cada vez
más
bruscamente; fue entonces como se despertó.
- ¿Qué ocurre? —gritó alterado.
- Hay turbulencias —respondió su madre—, ocurren con frecuencia.
Pero
entonces el avión comenzó a moverse frenéticamente. Newt miró por
la
ventana;
no podía ver nada, solo una niebla muy densa.
- Estamos dentro de una nube —afirmó, mirando a Anne Foster.
Volvió
a mirar por la ventana. No dio crédito a lo que estaba viendo: las
nubes
se
teñían de color violeta. Antes de que pudiera decirle algo a su
madre, Newt
notó
como el avión empezaba a caer, dando vueltas. Al chico le entraron
náuseas,
justo segundos antes de que el avión se estrellase contra una
colina.
Nadie
estaba herido, cosa que a Newt le extrañaba. De pronto, un gas
amarillento
se esparció lentamente por el interior del vehículo. Newt sintió
que
se
desmayaba. Cuando empezó a cerrar los ojos, pudo vislumbrar una
serie de
siluetas
y sombras, que se movían por todo el pasillo del avión, hasta que
al
final,
cedió y se desmayó completamente.
El
joven chico recuperó la conciencia; abrió sus ojos lentamente. Miró
a su
alrededor;
veía muchos árboles, unas grandes montañas a lo lejos y, en la
falda
de una de esas montañas, había un elegante palacio. Se dio cuenta
de
que
estaba atado a un árbol. Intentó sacudirse para liberarse, en vano.
Después
de un par de intentos más, Bajó la mirada; estaba rodeado de una
tribu
de criaturas extrañas, muy bajitas de color azul, de orejas y
narices
grandes
y una cola enroscada como la de un cerdo. Llevaban lanzas en sus
manos
y parecía preparar una hoguera.
- ¿Dónde estoy? —preguntó aturdido.
- ¡Smalimb aigent! —gritó unas de las pequeñas criaturas.
Newt
observó como todos ellos se abalanzaron sobre él; empezaron a tirar
de
sus
prendas y le alzaron. Iban en dirección a la hoguera y justo antes
de tirarle
al
fuego, alguien le agarró y corrió con Newt fuera del peligro de
esas criaturas.
Era
una chica de cabellos largos y dorados, ojos de color esmeralda.
Cargaba
con
un arco y un carcaj en la espalda.
Llevó
a Newt a una cueva, fuera del peligro de esos seres azules.
— Bib
das
— pronunció, a la vez que me entregó un frasco con un líquido
grisáceo.
Él
no entendía su idioma, pero la intención era clara. La miró a los
ojos durante
unos
segundos, y acto seguido bebió del frasco.
- Ahora me entiendes, ¿verdad? —dijo la chica dulcemente— Eso es una poción para que puedas entender cualquier idioma.
Newt
tardó un poco en responder.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? ¿Qué eran esos bichos?...
- Calma — Respondió la joven — Te responderé a todas esas preguntas:
Yo
soy Penny, soy un fent
,
muy parecidos a los elfos pero sin las orejas
puntiagudas.
Estás en Farnia,
hogar de todo tipo de criaturas mágicas y
animales
fantásticos, como esos seres azules llamados Strups.
Desafortunadamente,
casi todas las criaturas están controladas por Veill,
el
hechicero: su intención es apoderarse del reino y del palacio de la
reina
Daphne.
- ¡Eso es terrible! —exclamó Newt
Sonó
un estruendo en el exterior. Los dos miraron hacia donde el sonido se
originó.
Penny otorgó a Newt una espada
- Ten —dijo Penny— Tienes que vencer a Veill con esta espada, y liberar
a nuestro pueblo y a todos los
seres mágicos de su locura.
- ¿Por qué yo? —inquirió Foster.
- Cuenta la leyenda que un humano llamado Newt caería del cielo en un
pájaro
de titanio, y acabaría con el hechicero Veill con la espada que fue
forjada
hace eones por los creadores del universo. Si quieres regresar a
tu
reino, debes hacerlo.
Newt
estaba a punto de echar a llorar, pero se contuvo y se armó de
valor.
- De acuerdo, hagamos esto.
- Bien, hay que llegar a lo alto de la torre del hechicero, ¿estás listo?
- Sí.
- Entonces, ¡a por todas!
Penny
y Newt salieron corriendo de la cueva y llegaron hasta el portón del
castillo de Veill. Empezó a
chispear débilmente. Un dragón dormido estaba
tapando la entrada. Pasaron
cautelosamente rodeando al dragón.
Empezaron
a subir escaleras y más escaleras, hasta que se toparon con una
sala. Solo había un peluche
en el medio de la habitación. Newt y Penny se
acercaron a él.
- No podéis pasar —dijo una voz chillona.
Era
el peluche; estaba hablando.
- Déjanos pasar —espetó Newt.
- Solo si resolvéis un acertijo.
- ¿Y cuál es? —preguntó Penny.
- El acertijo es: ¿En dónde hay ríos, pero no agua, hay ciudades pero no
edificios, hay un bosque pero
no hay árboles? Solo tenéis una
oportunidad, sino preparaos
para lo peor.
- Es complicado… —dijo Newt.
Estuvieron
pensando, pero no dieron con la respuesta…
- ¡Ya lo tengo! —exclamó Penny— la respuesta es en un mapa, porque solo es un dibujo.
- Correcto —contestó el peluche— Ahora podéis pasar.
Una
compuerta se abrió al instante. Los chicos se apresuraron en seguir
subiendo hasta lo alto. La
lluvia empezó a caer con fuerza; se escucharon
algunos truenos. Llegaron a
otra sala que no aparentaba tener nada. Ellos
siguieron hacia delante.
- ¡Ayy! —chilló Newt.
- ¿Qué ocurre?
- ¡Me he dado un golpe en la nariz! —dijo Newt rascándose en el golpe.
- ¿Con qué? No hay nada
Penny
estiró el brazo y tocó una pared, pero no la podían ver.
- Es una pared invisible — Afirmó
- Pues en algún lado tiene que estar la salida, ¡mira! ¡aquí está!
Pero
de nuevo Newt se volvió a chocar contra la pared; es un laberinto
invisible. Tardaron un buen
rato en salir de él y continuar con la misión.
Subieron
todavía más deprisa que antes hasta llegar donde se hallaba el
hechicero Veill.
- Os estaba esperando —dijo el hechicero con sarcasmo
Veill
se llevó la mano a su bolsillo y de él saco una varita. Antes de
que pudiera
pronunciar
ningún hechizo, Penny lanzó una de sus flechas contra la mano del
villano.
Este soltó la varita de inmediato. Entonces Newt aprovechó se
acercó
corriendo
hacia el hechicero, aun que fue demasiado tarde, porque el mago dio
a
un botón que activó a una alarma muy ruidosa. Newt y Penny se
llevaron las
manos
a los oídos.
La
alarma paró, por los grandes ventanales de lo alto de la torre, los
dos
jóvenes
vieron como el dragón volaba en frente de ellos, escupiendo una
llamarada
tan potente que rompió el cristal.
Newt
con osadía se lanzó hacia el lomo de la criatura. El dragón
intentó
quitárselo
de encima, sin resultado. El reptil alado se elevó todavía más.
En
medio de la tormenta, Newt se puso de rodillas, alzó la espada y la
clavó en
el
cuerpo del dragón. Este empezó a perder fuerzas y cayó hacia abajo
junto a
Newt.
Justo cuando Newt iba a tocar el suelo con la cara, Penny le lanzó
un
hechizo
con la varita del hechicero que lo volvió a subir a donde ella se
encontraba.
- Gracias —masculló Newt entre jadeos.
Desde
arriba, vieron como el dragón desaparecía en la oscuriad. El
malvado
estaba
tirado en el suelo, débil y magullado.
- Es hora de acabar con esto —anunció Newt
La
espada atravesó el cuerpo de Veill, descomponiéndose todo su
cuerpo,
hasta
solo quedar cenizas. Al momento, todas las criaturas mágicas de
Farnia
dejaron
de estar controladas y así poder vivir en libertad. Entonces, Newt y
Penny
se dirigieron al palacio de la reina Daphne.
- Gracias a ti, joven Newt, nos hemos librado del hechicero Veill y sus
- fechorías. Por tanto, te concedo la posibilidad de volver a tu reino.
- Estaremos muy agradecidos —sentenció la reina Daphne.
La
reina creó un portal con la espada con la que acabó con el mago,
que le
llevaría
hasta su mundo. Newt se adentró en el portal. No veía nada, estaba
todo
oscuro. Escucho una voz…
- Newt, ¡Newt!, ¡Despierta! —dijo una voz familiar.
- ¿Qué? —preguntó Newt desorientado.
- Te has quedado dormido durante todo el vuelo, ¿no te acuerdas?
Fue
entonces cuando abrió sus ojos; era su madre Anne.
- ¡Mamá! —gritó ilusionado el niño.
Newt
se lanzó sobre su madre y la abrazó con fuerza.
- ¡Estás viva! —musitó entre sollozos
- Pues claro que estoy viva, anda, bajemos del avión.
Su
hijo asintió con lágrimas de alegría en los ojos. Al final, Newt
se llevó un
inolvidable
recuerdo de su primer vuelo en avión. Cuando cogieron el equipaje
se
preguntó: ¿Fue solo un sueño, o todo lo que ha vivido fue real?
LUCÍA CORCHADO ROMANO. "DÍA 34250". PRIMER PREMIO, 1º Y 2º ESO. CURSO 2018-2019
El sol se levantaba por el
horizonte, como todas las mañana de primavera, el ambiente era
caluroso y húmedo. Trina se despertó cuando los rayos solares le
golpearon en la cara, era su despertar matutino. Se levanto despacio,
cual tortuga, se frotó los ojos y bostezó un par de veces. Caminó
hasta la puerta para salir al exterior, quería ver como amanecía.
Trina vivía en un acantilado al lado del mar, ella sola. No tenía
familia, vecinos ni amigos, pero no le importaba, le gustaba su vida.
Después del espectáculo de
luces y el sonido de las sucias olas rompiendo que la naturaleza la
regalaba todos los días, volvió a entrar en casa y se vistió. Una
camisa de tirantes holgada y unos vaqueros. No desayunó, se despertó
sin apetito, pero eso era normal. Cogió su bicicleta y bajó el
camino que llevaba a un poblado, un viejo poblado. Calles sucias,
basura por todas partes, ni un solo niño en la calle. Trina
detestaba ese lugar, las personas que había por la calle eran
marionetas tristes y sin color, pocas muy pocas marionetas. Los
habitantes ya no salían a pasear, jugar, cantar o bailar. Ellos tan
solo corrían para no llegar con retraso a su trabajo, su estúpido y
aburrido trabajo. Con su bicicleta Trina recorrió cada calle del
pueblo, como todas las mañanas. No necesitaba nada, solo quería
observar, observar como todas las casas eran iguales, del mismo gris,
oler el desagradable olor de toda aquella basura, escuchar los
interminables silencios y echar de menos los colores de la flores, ya
que no había ninguna.
Moscas, los únicos animales
que allí sobrevivían. Incluso ellas eran asesinadas por nosotros,
el ser humano. Lo conseguimos, destruimos todo: Los verdes bosques,
las limpias aguas, los hermosos animales, los fuertes suelos y, hemos
apresado al viento que nos hizo libres. Ahora es imposible, no
podremos arreglar tantos errores. Es demasiado tarde para curar a
nuestra madre, nuestra no tan querida madre naturaleza. No escuchará
más, ya no. Cuando el mundo entero estalle, será única y
exclusivamente culpa nuestra.
ANDREA VIVAS RECIO. "UNA CARTA CON DESTINO AL SÁHARA". ACCÉSIT 1º Y 2º ESO. CURSO 2018-2019
Malpartida de Plasencia, 13
de agosto de 2018.
Querida mamá: ¿Qué tal
estáis? Yo estoy descubriendo muchas cosas nuevas este verano, y mi
familia de acogida se porta muy bien conmigo, pero te echo mucho de
menos. Todas las noches antes de dormir pienso en ti, y agarro con
fuerza el colgante que me regalaste antes de marcharme.
La vida en España es muy
distinta a la de allí, aquí tienen cosas que a mí me parecen
mágicas, por ejemplo: todas las personas tienen pequeños aparatos
con pantallas y se pasan el día mirándolos, yo aun no entiendo muy
bien para qué sirven, pero Marta, mi mamá de acogida, me ha
explicado que en ellos puedes ver vídeos, jugar a juegos, buscar
cosas que quieras aprender… Me he fijado también en que casi todo
el mundo se desplaza en coches, de esos que allí vemos tan poco.
Aquí todas las familias tienen varios. También me divierto mucho
jugando con los juguetes de Julio, que es un niño de mi familia muy
simpático y que siempre está dispuesto a ayudarme. Además, aquí
existen los centros comerciales, en los que puedes comprar cualquiera
cosa que imagines a cambio de una cierta cantidad de dinero. Ayer,
sin ir más lejos, me compré varias prendas de ropa y muchos
juguetes que estoy deseando enseñaros. Hace poco celebramos el
cumpleaños de un amigo, y comimos tarta deliciosa y le dieron muchos
regalos increíbles, quedé fascinado, porque yo jamás he vivido mi
cumpleaños así. Otra cosa que quiero decirte es que aquí es muy
difícil pasar hambre, porque con tan solo ir a una habitación
llamada despensa o abrir el frigorífico puedes encontrar cantidad de
comida, es maravilloso. Pero sin duda alguna, lo que más me ha
impresionado es que el dinero sale de las paredes. Sí, mamá. Como
lo oyes. Mientras vas paseando encuentras unos aparatos en los que
basta con teclear unos botones y te da la cantidad de dinero que
desees. Es alucinante.
Además, estoy
aprendiendo a decir muchas cosas en español y haciendo nuevos
amigos, ojalá estuvierais aquí conmigo para vivir juntos esta
experiencia, sin embargo, creo que no estáis tan bien como yo. Sé
que en la última semana fue bastante complicado conseguir alimento,
lo descubrí mientras veía las noticias de la televisión, que
informan de todo lo que sucede en el mundo. Pero confío en ti y sé
que con tu lucha y esfuerzo conseguirás sacar adelante a toda la
familia, tal y como haces siempre.
Nos vemos muy pronto,
mamá. Te echo de menos.
Te quiere tu hija, Malak.
PD: Muchos abrazos para
el resto de la familia, me acuerdo mucho de todos vosotros. Tengo
ganas de enseñaros todas las cosas nuevas que he aprendido.
jueves, 4 de abril de 2019
XV CERTAMEN LITERARIO CAÑADA REAL-MANUEL IBÁÑEZ PASTOR
XV CERTAMEN LITERARIO CAÑADA REAL-
MANUEL IBÁÑEZ PASTOR
(Cañada:
camino natural frecuentado por los ganados trashumantes.)
María
Moliner, Diccionario de uso del español)
|
Buscando
la tradicional vinculación de este certamen con la literatura de
viajes, el Departamento Socio-lingüístico del I.E.S.O. Quercus
convoca el
XV
Certamen Literario Cañada Real
con
las bases que siguen:
Podrá
participar todo el alumnado del I.E.S.O. Quercus de Malpartida de
Plasencia.
Los
textos deberán presentarse en DIN-A4, con una extensión mínima
de treinta líneas, mecanografiados a doble espacio.
En
esta ocasión será vuestra imaginación la que viaje, nosotros con
ella, donde vosotros queráis, pues el tema del relato es libre.
Los
trabajos deberán ser inéditos. La participación se realizará
mediante el sistema de plica:
el sobre se depositará en un buzón habilitado al efecto en la
Conserjería del Centro. En dicho sobre se hará constar XV
Certamen Cañada
Real así
como la categoría por la que se participa. Dentro del sobre se
incluirá el relato con seudónimo y un sobre más pequeño. En el
exterior de este sobre más pequeño se escribirá el seudónimo y en
el interior se incluirá una ficha con los datos personales del
alumno (nombre, apellidos y grupo).
La
fecha límite para la recepción de trabajos es el 29
de abril
Se
establecen un primer premio y un accésit en sendas categorías
correspondientes la
primera,
a los alumnos de 1º y 2º de E.S.O y 1º de PMAR; la
segunda categoría,
a los alumnos matriculados en 3º , 4º y 2º de PMAR. El primer
premio de cada categoría tendrá un valor total de 90
euros
(60 en metálico y otros 30 en un vale para material escolar). El
accésit de cada categoría será de 40
euros.
Los premios constarán de su correspondiente diploma acreditativo. El
fallo se hará público el 10 de mayo, Día del Centro, en la
Biblioteca.
Los
concursantes ceden sus derechos a la Dirección del I.E.S.O. Quercus
para la posible edición de los textos, tanto en publicaciones del
Centro como ajenas al mismo, en todo caso sin ánimo de lucro.
La
participación en el concurso supone la total aceptación de las
bases antedichas, aplicadas por un jurado constituido por los
profesores del Departamento Sociolingüístico cuyo fallo será
inapelable. Los relatos ganadores lo serán por unanimidad o al menos
con el voto de una mayoría de 7 miembros del jurado. En su defecto
los premios se podrán considerar desiertos. El jurado se reserva la
posibilidad de hacer menciones especiales con diploma pero sin
dotación económica.
Cualquier
duda que pudiera surgir sobre las presentes bases se puede consultar
con los profesores del Departamento Sociolingüístico.
Un
año más nuestro patrocinador será Manuel Ibáñez Pastor (Don
Manolo), antiguo profesor de Sociales del centro.
Malpartida
de Plasencia, 4 de abril de 2019 - Departamento Sociolingüístico (
I.E.S.O. Quercus)
miércoles, 23 de enero de 2019
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