lunes, 7 de mayo de 2018

CELIA TEJERINA TOMÉ. "BRILLANTINA". ACCÉSIT. 1º Y 2º ESO. CURSO 2017/2018



Mi nombre es Katie, soy una chica de veinticinco años, apasionada de la música y el baile, amante de los libros y un desastre total del orden y la limpieza. Resido en la región central de Suecia, en la bella ciudad de Estocolmo.
Mi familia se dedica a la elaboración de gran variedad de panes y dulces artesanales, negocio creado por mis bisabuelos y que a día de hoy, sigue en funcionamiento gracias al trabajo y esfuerzo de mis padres. Ellos soportan diariamente jornadas laborales de hasta doce horas y no tienen días de descanso. Siempre fui, soy y seré su mayor admiradora, pues son el vivo ejemplo del sacrificio. Desde muy pequeñita siempre soñaba con ser una gran bailarina y me pasaba las horas frente al espejo practicando nuevos movimientos y dejándome llevar por la imaginación. Los días que no tenía colegio, ayudaba en casa amasando pan o vendiendo dulces, pero mis pies no podían parar de moverse, por eso me apodaron “Brillantina”.
Con tan solo seis años mis abuelos me regalaron mi primer vestuario de danza y me apuntaron a la prestigiosa “Royal Academy” dirigida por la famosa coreógrafa Marie Willians. Tan sólo había diez plazas para un total de 500 aspirantes. Todas las niñas llevaban meses preparando las pruebas de acceso para conseguir ser una de las elegidas, pero ese no era mi caso, ya que yo practicaba sola en casa y sin ayuda de nadie.
Y llegó tan esperado momento: “apenas había dormido en toda la noche, la cabeza me estallaba, mi voz se cortaba, mis piernas temblaban y mi mirada se nublaba.”
De repente escuché mi nombre, era mi turno...



Al cabo de un mes, llegó una carta certificada a casa. La remitente era Marie Willians, directora de la Academia. Era la comunicación de que había sido seleccionada. Mi madre no pudo contener su emoción al leer la carta y rápidamente las dos nos fundimos en un fuerte abrazo. Sabía que eran buenas noticias.
En esta academia pasé los primeros seis años de mi carrera profesional, compaginando estudios y baile. Pero no todo fue tan fácil como parecía; pronto llegaron las envidias y desprecios por parte de algunas compañeras: Alison, Charlotte y Megan, las chicas más populares. Sus burlas eran continuas, sus bromas pesadas, sus insultos groseros y su comportamiento inadecuado.
Apenas quedaba una semana para la actuación final “City of Stars” y yo fui la elegida como bailarina principal junto a Charlotte y Megan, como secundarias. Había trabajado duro para conseguirlo. Pero algo lo impidió:
En uno de los ensayos finales, Megan había colocado en mi sitio del escenario una pasta deslizante, y cuando me proponía a dar el salto final, mi cuerpo se precipitó al vacío y caí desplomada al suelo desde una altura de dos metros. Cuando me desperté estaba en el hospital...
Había pasado dos semanas en la UCI y todo empezaba desde cero. El fuerte impacto sufrido me hizo perder el 15% de la movilidad de mi cuerpo y los médicos me aconsejaron dejar el baile. Fue el peor momento de mi vida.
Con 15 años y tras casi tres de intensa lucha, yo, “Brillantina” vuelvo a los escenarios y como bien indica mi nombre, brillé como una estrella. Mi tesón y fuerza me llevaron a conseguir una beca en el “Théâtre des Variétés” de París y fue mi gran salto a la fama. Empecé a ser una conocida bailarina y viajé por los mejores teatros del mundo.


Actualmente, y tras años fuera de Estocolmo, regresé a casa junto a mis padres. Mi madre enfermó de cáncer y me necesitaba a su lado.
Ahora, soy yo la directora de la “Royal Academy”, aunque su nombre fue sustituido por “Royal Brillantina Academy” en honor a mi trayectoria. Desde mi llegada, cambié por completo las normas de funcionamiento interno, para que ninguna de mis alumnas pasaran por lo que yo pasé. Juntas, formamos una gran familia y aprenden los verdaderos valores de la vida: respeto y educación hacia los demás.